Verónica Álvarez
Autora de http://laeducacionbajolupa.blogspot.com.es/
El enfrentamiento de sectores en el ámbito educativo
ha sido siempre una manifestación de las diferentes vertientes
ideológicas que a marchas forzadas incluyen cambios que afectan al
sector docente de una forma significativa.
La visión de conjunto de la realidad está deteriorada por la visión de dominio de fuerzas ideológicas que pretenden un consenso educativo que haga frente al cambio normativo que desajusta los objetivos del sector.
La visión de conjunto de la realidad está deteriorada por la visión de dominio de fuerzas ideológicas que pretenden un consenso educativo que haga frente al cambio normativo que desajusta los objetivos del sector.
La enseñanza necesita flexibilidad creativa, algo que hoy en día es preocupante, ya que las exigencias del entorno ideológico incluyen cambios que deterioran la realidad que vive el docente.
El profesor, como agente social, necesita un protagonismo exento de vaivenes políticos. Las iniciativas que nacieron en su momento, se han derivado hacia visiones antagónicas ideológicas que hacen que pierda fuerza la aportación inicial. La reforma del sector educativo necesita recuperar la fuerza inicial, la búsqueda de un consenso que limite las expectativas políticas de quienes suscriben pactos que causan rechazo entre gran parte del profesorado.
El discurso que necesita la enseñanza es el de liberar los obstáculos que incorporan las cargas ideológicas, insistir en la búsqueda de
nuevos procedimientos internos, las sugerencias internas necesitan ser
reforzadas.
La falta de implicación directa del profesor determina que
el sector se encuentre sumido en los vaivenes que le producen las
cargas ideológicas, que pretenden implementar medidas sin contar con la
realidad docente y la búsqueda de sus propios objetivos.
El docente necesita implicarse más allá del ámbito educativo,
es parte de su responsabilidad la de hacer aportaciones que se
proyecten en otros campos y cojan fuerza sin menoscabo de que salir de
su ámbito, le supone algo para lo que a veces no se siente motivado. La
profesionalidad y ética le lleva muchas veces a verse a sí mismo como un
profesional carente de protagonismo en otras esferas ya que, hasta
ahora, abordar conocimientos y metodologías siempre ha sido parte de su
vocación, algo que supone también una limitación a la hora de proyectar
medidas que sobrepasan las aulas.
Las plataformas de profesores son puntos de encuentro que necesitan
aportar medidas que reflejen la realidad docente; su capacidad
negociadora es a veces poco relevante al introducir visiones ideológicas
que perjudican su cometido inicial.
La enseñanza es de forma habitual cuestionada, debilitada, acaparando en muchos casos el protagonismo de quienes por intrusismo
en su cometido reflejan su ambición y objetivos que están sometidos a
otros fines que pertenecen al terreno ideológico.
El tercer sector al que hace referencia el Pacte per les Illes da pie a la entrada de asociaciones respetadas con carácter de voluntariedad, si bien, también es puerta de acceso al asociacionismo más extenso por el que de forma deliberada se da acceso a las corrientes ideológicas que quieren tener influencia en la enseñanza.
La visión social de las asociaciones y empresas alternativas es valiosa, pero
no debería ser una vía para encubrir que hay otro tipo de sectores que
quieren incluir una visión propia y dominante que podría repercutir de
forma significativa y sin precedentes.
El fortalecimiento interno de los centros es hoy en día determinante,
pues es la docencia un sector con frecuencia avasallado, que cumple con
objetivos, pero que está fuertemente sometido a vaivenes que tienen un
efecto desmoralizante y que coarta su posible aportación creativa.