Verónica Álvarez
Conformar pruebas de nivel externas es un buen proceder que puede
impulsar a los docentes que se aseguran de la asimilación de la materia
por parte de los alumnos que interpretan los contenidos de formas muy
diferentes. Las evaluaciones externas son una forma clara que permite obtener resultados, que una vez incorporados por el profesorado, pueden abrir paso a realizar
investigaciones metodológicas, proyectos de mejora, detección de
errores, aportación de nuevos procesos de aprendizaje y muchos más
aspectos que de otras formas aunque sean detectados por el profesorado
de la materia, no tienen transcendencia más que la interna.
El vivir un entorno educativo más flexible implica cononocer los
resultados de los contenidos consolidados por los alumnos, algo que
demostrará que el sistema es lo suficientemente organizado y
flexible como para incorporar mejoras que agilicen la transmision de
resultados y procesos de aprendizaje.
La actividad de quienes desprecian estos métodos externos les lleva a
configurar sus propias visiones reducidas de la realidad docente,
haciendo indagaciones poco pertinentes para desfigurar la implicación de
profesores que tienen alicientes marcadamente diferentes a los que
buscan determinadas directivas de forma no consensuada y desmerecida,
pues abocan al fracaso el prestigio docente a base de obtener resultados
haciendo prácticas simples, además de demagógicas, partiendo de
estadísticas e informes internos, en el mejor de los casos desvirtuados,
fruto de rencores internos o disconformidades poco coherentes.
Los avances legislativos ponen en tela de juicio que el aparato
administrativo de los centros tenga la última palabra en relación a la
calidad de la enseñanza, a pesar de que el aumento de autonomía
recaiga en que haya una visión ideologizada de la gestión interna de los
centros de aprendizaje que revierte en una falta de legitimidad y buena
gestión.
El aumento de la autonomía es un refuerzo que necesita ser revisado en
más de un aspecto, pues las directivas gozan de un mayor margen de
maniobra en la actualidad. Esto supone que para implicarse de forma
fehaciente en el aumento de la calidad educativa, se debería proceder a la apertura del acceso a la capacidad de gestión de los centros,
incluyendo también novedades que alteren los procedimientos de
consolidación de directivas que no dan conformidad a unas mejoras que
reviertan en la mejora de la calidad educativa.