lunes, 4 de febrero de 2019

Pseudociencia y fracaso escolar (Archipiélago Orwell)

Carlos Serra.

El Mundo, 3 de febrero de 2019







      INGER ENKVIST, catedrática de filología hispánica en la universidad de Lund (Suecia) y ex asesora del Consejo Sueco de Educación Superior, lleva décadas alertando sobre los perniciosos efectos de la lisonja sectaria de la nueva pedagogía. Su jerga bovino-liberticida, su proxenitismo programático y su axiomática falacia de la autorreferencia (con la que celebra periódicamente su desdén hacia los hechos que la refutan) hacen del pedagogismo que denuncia Enkvist un fenómeno clave para entender el fracaso escolar en España y la crisis de valores por la que pasan las generaciones instruidas en la terapiocracia infantilizadora (felicidad y hedonismo en lugar de instrucción y capacitación intelectual), cuyo paradójico efecto ha sido el incremento de la violencia escolar y el suicidio infantiles, en las últimas décadas.

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     En una reciente entrevista con el periodista Jimenez Losantos, Enkvist advierte de las consecuencias de la ruptura con la tradición científica, cultural y moral de occidente, preconizada por este movimiento antiintelectual y antiilustrado, que ha logrado eliminar la transmisión del patrimonio cultural de la humanidad como objetivo de los planes de estudios, para sustituirlo por un currículo centrado en la vulgarización de las emociones, la desustancialización de las disciplinas académicas y la sectarización del pensamiento.
     La nueva pedagogía se presentó hace décadas como una Ciencia redentora,adversaria de la erudición y los clásicos, pero entusiasta de los procedimientos metodológicos y de la experimentación social. Las facultades donde se impartía pasaron a llamarse Ciencias de la Educación y la exigencia académica se eliminó de sus criterios de acceso. Se planificaron sobredimensionadas plazas en propiedad para la pedagocracia debutante. Décadas después, los resultados obtenidos permiten asimilarla con una superchería peligrosa más, antes que con una valiosa disciplina científica.
     Las conclusiones de Enkvist: la escuela inclusiva es destructiva, como lo es lograr que gran parte de la población escolar haya perdido su capacidad de lectura, de cálculo y de reflexión; la inmersión lingüística o el trilingüismo obligatorios son ejercicios de crueldad institucional que perjudican principalmente a los alumnos con más dificultades de aprendizaje, ya sea porque se combate ideológicamente la lengua ideal de aprendizaje de una parte de la población o porque el ardid del aprendizaje en tres lenguas pasa por caricaturizar las lenguas extranjeras, desnaturalizar las asignatura+s impartidas en esas lenguas y banalizar los planes de estudios para hacerlos asequibles a las posibilidades de asimilación de los alumnos (y de los profesores).