miércoles, 8 de julio de 2015

La incorporación de Jaume March a la Conselleria de Educación indica la intención del nuevo Govern: la educación al servicio del revanchismo y del sectarismo político.

Jaume March canta L'Estaca en su instituto

        La asociación de profesores “PLIS. Educación, por favor" cree que este nombramiento es una grosería y una falta de respeto a todos los profesores, padres  y alumnos que desean una enseñanza libre de adoctrinamiento ideológico. 


"Para completar la grosería, sólo hace falta que Martí March nombre jefe de algo a Jaume Sastre"

Palma,  8 de julio de 2015
Eco en Europa Press
Eco en El Mundo (8 julio)
Eco en El Mundo (9 julio)
Eco en 20 minutos
Eco en Mallorca Diario
Eco en ABC. es
Eco en "Marea en los despachos", de Juan Planas Bennasar

"Para completar la grosería, sólo hace falta que Martí March nombre jefe de algo a Jaume Sastre"

Para PLIS. Educación, por favor, es sintomático que quien haya nombrado a Jaume March director de algo sea Antoni Morante, nuevo Director General de Planificación. Antoni Morante, presidente de la Asociación de Directores de Secundaria, el mismo que no se dignó en dedicar una palabra de apoyo a la directora de Binissalen, Itzíar Pérez, que hace poco fue objeto de un acoso brutal por la asamblea de docentes, es el que ahora decide premiar a Jaume March, a un director icono de la Asamblea de Docentes, que siempre ha hecho gala de concebir la enseñanza como un medio de adoctrinamiento ideológico, al servicio del nacionalismo y del independentismo.

Los nuevos nombramientos son propios de la indigencia en que se mueve la educación balear. Recurrir a la marea verde para llenar los cuadros de Educación muestra la escasez de recursos humanos con que cuenta el nuevo Govern, preso del radicalismo de Més. No dice mucho del sentido común nombrar jefe de algo a Jaume Ribas, que al frente de la COAPA promovió acciones contrarias a los intereses de los padres, como pedir que los alumnos no fueran a clase en apoyo de la marea verde; nombrar jefe de algo a Antoni Morante, que al frente de la asociación de Directores no ha tenido ningún reparo en defender el aleccionamiento ideológico en los centros; nombrar jefe de subalgo a Jaume March, director que, por fanatismo ideológico, impidió a los alumnos el derecho a recibir clases por profesores que no secundaban la huelga. 

Cabe la posibilidad de que el Conseller Martí March pretenda con estos nombramientos domesticar a la Asamblea de Docentes y desactivar su capacidad de movilización, sobre todo cuando no tenga más remedio que aplicar la LOMCE. Si es así, la maniobra es de una torpeza mayúscula, porque la marea verde  y la  Asamblea de Docentes, dotados de la determinación de los fanáticos, una vez en el poder, no se van a dejar controlar por el Conseller de Educación, al contrario, controlaran al Conseller.