¿QUIÉN PUEDE estar en contra del postulado económico central de la izquierda contemporánea, consistente en mejorar la distribución de la riqueza para evitar las desigualdades? Probablemente hasta los multimillonarios, cuando hacen una pausa en su interminable recuento de billetes, comprenden que una sociedad es más justa cuando no hay pobres. Sin embargo, aunque todos compartimos este postulado, el socialismo francés está en extinción, el 8 de junio se formalizará el hundimiento del laborismo británico, Renzi lucha sin mucho éxito para mantener a la izquierda italiana a flote y en España, el inefable Zapatero ha dejado al PSOE en estado de predisolución al que Pedro Sánchez pretende rematar. ¿Por qué la gente comparte el postulado económico central de la izquierda y, sin embargo, huye de ella?
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