lunes, 18 de junio de 2018

La carcoma sindical (Archipiélago Orwell)

Carlos Serra

El Mundo, 18 de junio de 2018


     Abro mi correo interno del instituto y me encuentro la propuesta de siempre por parte de los indistintos sindicatos educativos regionales (Stei, UOB, Alternativa...): rechazo unánime al remedo LOMCE del fallido ex ministro Wert. Para que luego digan que los liberados sindicales (asalariados sin horario laboral, defensores de los privilegios frente a los méritos) parasitan sin esfuerzo.


     Veamos. Condenar la LOMCE implica reprobar cerca del 80% de la ley educativa anterior, la nacional-socialista LOE de 2006, puesto que ese es, aproximadamente, el porcentaje del articulado anterior que la LOMCE no modifica. Contrariar ese porcentaje de LOE conlleva rechazar la ley madre de la que la LOE no fue más que una versión corregida y ampliada: la LOGSE de 1990, engendro igualmente nacional-socialista y verdadera lacra del vergonzante marasmo educativo español actual. Es decir, que quienes promulgan la extinción de la LOMCE, ley trampa, engendro de las anteriores y continuadora del mismo espíritu con el que se fraguó la destrucción del sistema educativo español, censuran una gran parte del discurso que han defendido durante casi tres décadas. Porque la LOMCE mantiene el bachillerato más corto de Europa, prolongando la infancia por decreto hasta poco antes de la entrada en la universidad; mantiene la aberración de la promoción automática, por la que un alumno objetor a los estudios durante dos años pasa igualmente de curso, condenado al fracaso y sin posibilidades de recuperarse académicamente; no establece mecanismos para evitar que los 17 mini estados españoles anulen la igualdad de oportunidades y destruyan la posibilidad de que los estudiantes sean evaluados a partir de un currículum común en toda España, o  puedan estudiar en la lengua que se habla en todo el territorio nacional; no establece mecanismos de transparencia para que la evaluación de los centros, en base a su rendimiento, sea pública y esté a disposición de las familias; no permite alternativas para aquellos alumnos que no desean seguir estudiando y son obligados sin clemencia a permanecer en las mismas aulas que todos los demás hasta los dieciséis años; no promociona la cultura del esfuerzo a pesar de que el preámbulo de la ley diga capciosamente lo contrario...

     Curiosamente, todas estas letales medidas que defiende y consolida la LOMCE fueron respaldadas por la carcoma sindical cuando éstas emanaban de leyes promulgadas por gobiernos nacional-socialistas.

   Es la coherencia de esos ruinosos poderes coactivos que nos obligan a financiar, llamados sindicatos.