viernes, 24 de octubre de 2014

¿POR QUÉ NUESTROS ESTUDIANTES ESTÁN TAN MAL PREPARADOS? (6) LA NACIÓN CATALANA, o cómo comerse un tercer camión de rayas después de haberse comido el camión de la lengua y el camión de la cultura.

Publicado en El Mundo/El Día de Baleares, 24 de octubre de 2014
Julián Ruiz-Bravo, Olga Ballester, Carlos Serra. 
En artículos anteriores PLIS. Educación, por favor detectó cinco de los numerosos males de la educación en España en general y en Baleares en particular: la ingeniería social, la inclusión mal entendida, la inflación de asignaturas, la inmersión lingüística catalana y la inmersión cultural catalana.

En los dos últimos capítulos denunciábamos que los defensores de la inmersión lingüística convertían el verdadero fin de la enseñanza (la transmisión-adquisición de conocimientos, habilidades y competencias) en un mero medio para conseguir primero el fin de aprender la lengua catalana y luego el fin de identificarse con la cultura catalana. Ilustrábamos esta barbaridad con el siguiente símil: la inmersión es algo parecido al hecho de pretender que el comerciante que compra un cargamento de naranjas  tenga que quedarse con o comerse el camión que las ha transportado.

Seguiremos otra vez con los camiones, con un tercer camión. Porque una vez que los defensores de la inmersión han conseguido que los alumnos tengan que comerse el camión de la lengua catalana y luego el camión de la cultura catalana, no importando mucho la carga, el tercer paso es colocar un tercer camión con rayas, la nación catalana, de naturaleza transversal, es decir, atravesado para impedir el paso libre. 

Y este fin último, es en realidad el primero de todos. PLIS. Educación, por favor avisa a los incautos, que no ven o no quieren ver, de que defender a ultranza la inmersión lingüística obligatoria es defender el nacionalismo excluyente.

            ¿Cómo se demuestra esta última afirmación? 

En primer lugar,  copiando literalmente un fragmento del preámbulo de la Ley 12/2008, Ley de Educación Catalana, que es la Biblia para los nacionalistas educativos en Baleares:  “Las razones culturales y cívicas están impulsadas por la voluntad de configurar una ciudadanía catalana identificada con una cultura común, en la cual la lengua catalana resulte un factor básico de integración social. Cataluña es un país con una cultura y una lengua que configuran una identidad propia. El sistema educativo catalán debe permitir despertar y potenciar el arraigo en Cataluña. Sólo desde el conocimiento de lo propio es posible abrirse a las otras realidades y reconocer sus singularidades. Consolida un proyecto educativo de país que garantiza el derecho a la educación de toda la ciudadanía y que, tomando como fundamento la igualdad, la equidad y la justicia social, le ofrece una educación gratuita y de calidad”

            En segundo lugar, observando cómo el requisito de la lengua catalana para acceder a la enseñanza crea un ejército de profesores agradecidos a la lengua, ya que ese requisito les ha servido para eliminar en sus oposiciones la competencia de miles de competidores. El caso de la Asamblea de Docentes en Baleares y del ejército de profesores catalanes dedicados a extender su ideología, hablan por sí solos.

            En tercer lugar, observando cómo los cargos funcionariales públicos van siendo colonizados por gente que ha debido en parte su acceso también al requisito de la lengua catalana y que se han convertido en un ejército político de facto, ya que, lejos de competir en las urnas, prefiere ejercer el poder desde sus cargos funcionariales impidiendo cualquier reforma de un gobierno no nacionalista elegido democráticamente.

            En cuarto lugar, observando el gigantesco entramado asociacionista civil, también estómagos agradecidos, que cubre todos los rincones de nuestra sociedad, alimentado por subvenciones públicas apoyadas casi siempre en el requisito del uso o promoción del catalán.
En quinto lugar, observando cómo los gobiernos nacionalistas se han dedicado sin pudor a ayudar  económicamente, con la excusa de la lengua propia,  a medios de comunicación, sindicatos y a muchas empresas que, en la dinámica del libre mercado, habrían desaparecido.

            En definitiva, no nos engañemos, después de haber colocado el CAMIÓN de la LENGUA catalana y el CAMIÓN de la CULTURA catalana, el fin último de los defensores de la inmersión lingüística, es colocar un tercer y definitivo CAMIÓN TRANSVERSAL, es decir, ATRAVESADO,  para impedir el paso a los libres, largo como un tráiler, también decorado a rayas. Este tercer camión atravesado es el de la NACIÓN catalana. 

Y algunos incautos dirán, ¿qué tiene que ver el nacionalismo en las escuelas con el fracaso escolar? Muy sencillo. Si las escuelas ponen en primer lugar lo que es accesorio pedagógicamente hablando, la nación, es que están dejando en segundo lugar lo que es la esencia de la enseñanza: el aprendizaje de conocimientos, habilidades, competencias. Y lo que se deja como segundo plato, nunca aprovecha correctamente, porque comer todo un camión atravesado causa indigestión.