sábado, 10 de octubre de 2015

La conga de la vergüenza

por Jorge Campos

“Nivelazo” de Sus Señorías los Diputados de Baleares. A propósito de la derogación de la innecesaria e inútil ley de símbolos, vivimos este martes un lamentable espectáculo dentro y fuera del Parlamento balear que escenificó el bajo nivel (“subterráneo”) de los actuales líderes políticos. Una bochornosa representación teatral en la sede parlamentaria balear, que bien podría cerrar y trasladar a sus pésimos actores a cualquiera de los teatros públicos con los que contamos en las islas. También nos cuestan una barbaridad y son igual de ineficientes. artículo completo



Desde la Fundación Círculo Balear ya advertimos, cuando se aprobó esta ley en la pasada legislatura, que era innecesaria para acabar con la utilización política de los edificios púbicos y centros educativos. Y así se ha demostrado durante el periodo que ha estado vigente. Innecesaria e inútil: El anterior ejecutivo del PP no tramitó ninguna de las 17 denuncias presentadas por vulneración de su propia ley de símbolos.
La Constitución y la Ley 7/2007 del Estatuto Básico del Empleado Público ya prohíben la utilización política de los centros educativos que llevan a cabo los colectivos de docentes catalanistas y el sindicato separatista catalán STEI-i, teniendo en cuenta que estos docentes tienen la consideración de empleados públicos. Además la Ley de Banderas de 1981 ya establece cuáles son las únicas banderas permitidas en los edificios públicos: Las oficiales.

La Constitución en su artículo 103 recoge que “La Administración Pública sirve con objetividad los intereses generales.” Y la Ley 7/2007 del Estatuto Básico del Empleado Público, destaca en su artículo 52 los deberes de los empleados públicos: “Los empleados públicos deberán desempeñar con diligencia las tareas que tengan asignadas y velar por los intereses generales con sujeción y observancia de la Constitución y del resto del ordenamiento jurídico, y deberán actuar con arreglo a los siguientes principios: objetividad, integridad, neutralidad, responsabilidad, imparcialidad, confidencialidad, dedicación al servicio público, transparencia, ejemplaridad, austeridad, accesibilidad, eficacia, honradez, (…) que inspiran el Código de Conducta de los empleados públicos configurado por los principios éticos y de conducta regulados en los artículos siguientes.” Concretando en su artículo 53 que su actuación “se fundamentará en consideraciones objetivas orientadas hacia la imparcialidad y el interés común, al margen de cualquier otro factor que exprese posiciones personales, familiares, corporativas, clientelares o políticas”. La ley también contempla el régimen disciplinario en caso de que los docentes infrinjan estos artículos.

Aún con la ley de símbolos derogada, como vemos, la legislación del Estado prohíbe las actuaciones que algunos equipos directivos desarrollan en los colegios, como instalar lazos con la bandera de Cataluña como símbolo de una campaña nacionalista de claros tintes políticos.

Algunos de los pésimos actores políticos incluso han tenido el cinismo de invocar la libertad de expresión para justificar la derogación de la ley de símbolos y la utilización política de los espacios públicos. Cuando realmente lo que pretenden, como buenos nacionalistas, es el uso exclusivo de la expresión, como muy bien ha apuntado la asociación de profesores “PLIS. Educación por favor”.

Y así las cosas, tratándose, nada menos, que del pisoteo de los derechos de los ciudadanos en general, y de los alumnos y sus familias en particular, del flagrante incumplimiento de la legalidad, asistimos a una lamentable actuación de todos los grupos políticos con representación parlamentaria. La de los partidos que gobiernan, PSOE, Podemos y MES, por manifestar abiertamente su política en favor de la ideologización del sector público para avanzar en la catalanización de Baleares. Y la de las dos fuerzas constitucionalistas por no estar a la altura de las circunstancias. El PP, que no sabe que es ni a dónde va, no defendió su propia ley abandonando el hemiciclo; y Ciudadanos se abstuvo sin entrar en el fondo del problema, que no es otro que la falta de voluntad para hacer cumplir la ley cuando ésta prohíbe la utilización política que el nacionalismo hace de las instalaciones públicas, principalmente de los centros educativos.

Lo que sí estuvo a la altura del espectáculo fue el atrezzo: Conga de la vergüenza y performance de banderas catalanas. Todo muy tribal. Les pega.