miércoles, 2 de marzo de 2016

Un profesor del cuerpo de funcionarios de la enseñanza balear revela datos secretos de un ex-alumno suyo menor de edad, a través de las redes, por motivos políticos.

La asociación de profesores PlisEducación alerta de los conatos de intransigencia habituales en el entorno educativo balear, dirigidos en esta ocasión contra un menor por parte de un antiguo profesor suyo, quien no ha dudado en utilizar las llamadas redes sociales para tratar de amedrentar a su ex-alumno por sus profundas discrepancias con el ideario político del docente, tal y como ha informado este rotativo.

1 de marzo de 2016


El profesor en cuestión publicó a través de Twitter comentarios  en los que se hacía referencia a la capacidad intelectual del alumno y a su estado de salud mental, como consecuencia de unas declaraciones del menor en las redes, donde se proclamaba español y balear. El profesor llegaba a diagnosticar públicamente a su alumno trastornos de conducta e incapacidad para el aprendizaje, expresiones muy ofensivas que muestran a las claras el nivel de envilecimiento que padece nuestra profesión en lo que a ética profesional se refiere. 

Como asociación de profesores nos resulta especialmente vergonzante que la libertad de expresión se confunda con la militancia sectaria en el caso de este "profesor", cuya valentía le ha llevado a revelar información de naturaleza confidencial sobre un menor de edad. Ningún profesor tiene derecho a publicitar información sobre sus alumnos y menos aún con la intención de difamarles e intimidarles. El agravante es que quien profiere los ataques está obligado por ley a no revelar ningún aspecto de la vida de sus estudiantes que pueda poner en peligro su derecho a la intimidad y a su integridad física y moral.
Sorprende poco que este comisario político del conservatorio superior de música de Palma ya tuviera antecedentes por delitos de desorden público y amenazas de muerte. Lo que cuesta aceptar es que la administración esté representada por individuos de perfil tan bajo como el del caso que nos ocupa y que, ante estos casos, la opacidad en los procesos de denuncia sea un lastre habitual.


PlisEducación confía en que la Conselleria de Educación abra diligencias contra esta praxis indecente por parte de quienes se alejan de criterios profesionales, para utilizar sus cátedras como plataformas de indoctrinamiento y amenaza y recuerda que, al tratarse de un alumno de 16 años, es la fiscalía la que debería actuar de oficio contra el funcionario.

Finalmente, PlisEducación traslada todo su apoyo a la familia del estudiante vilipendiado, recordando que no todos los profesores se rigen por el código de conducta batasuno.