Como cada año por
estas fechas, la Consejería de Educación abrirá, a partir del 9 de
mayo, un plazo para que las familias puedan solicitar plaza para sus
hijos en los centros escolares de Baleares para el curso 2016-17. En su afán de controlar
este proceso desde el monopolio lingüístico-ideológico que trata
de imponer la Consejería, el documento de solicitud de plaza escolar
de este año inaugura una nueva medida de presión y chantaje a las
familias, puesto que incluye explícitamente la amenaza de que
“matricularse en un centro supone aceptar su proyecto lingüístico”.
http://escolaritzacio.caib.es/
https://drive.google.com/file/
El ardid se perpetra
desde la inclusión, en el documento de solicitud, de una casilla
donde se obliga a los padres a mostrar conformidad con el proyecto
lingüístico de aquellos centros en los que soliciten matrícula:
"Conec
i respectaré el Projecte Educatiu i el Projecte Lingüístic dels centres
que he seleccionat", reza la inquisitiva cláusula.
Dada la actual
situación en la que la mayoría de centros escolares de baleares
combaten abiertamente la presencia de la lengua española en las
aulas de los centros públicos, el derecho de los padres a que a sus
hijos reciban enseñanza en lengua española no puede ejercerse salvo
que se opte por alternativas a la educación pública.
Estratégicamente, la
inclusión de una casilla que obliga a posicionarse a las familias
con respecto a la lengua vehicular de los centros responde a:
1º Un intento de
amedrentar a todas aquellas familias que no estén de acuerdo con la
imposición de la lengua catalana como lengua única de aprendizaje
en la escuela.
2º Un chantaje que
pretende que los padres desistan de reclamar su derecho a exigir
presencia de lengua española en las aulas, por miedo a que tal
atrevimiento pueda suponer una merma en sus posibilidades de obtener
plaza en el centro deseado.
3º Una amenaza que
pretende utilizarse como herramienta de rédito político-ideológico
puesto que, de surtir efecto (la experiencia muestra que estas
estrategias coactivas son efectivas), se venderá la conformidad “obligatoria”
de las familias, no como el resultado del miedo a discrepar de los
proyectos lingüísticos totalitarios y excluyentes, sino como un
triunfo de las tesis nacionalistas que defiende el actual ejecutivo.
4º
Un intento de blindarse ante la posibilidad de que algún padre reclame,
al amparo de la disposición adicional trigésima octava de la LOMCE,
enseñanza en castellano o en castellano-catalán para sus hijos
Plis Educación
defiende la libre elección de lengua, así como la libre elección
de centro (distrito único) como medidas democratizadoras en el
sector de la enseñanza, única vacuna contra el autoritarismo
despiadado del que constantemente están dando muestras los
responsables de la Consejería de Educación.