Julián Ruiz-Bravo
miembro fundador de la asociación de profesores “PLIS. Educación, por favor”
Si quien firma este artículo les preguntara por la existencia de un organismo administrativo con el nombre CSTCOD, o “Consejo Socioeducativo del Trabajo Comunitario del Ocio y Diversión”, seguramente responderían que ese ente sólo puede existir en un estado totalitario o en una novela distópica.
Es comprensible que les cueste creer que pueda haber en una democracia un organismo que se dedique a planificar el ocio de los ciudadanos, a indicarles cómo deben divertirse, qué requisitos de bien común ha de reunir un concierto de rock duro o qué deportes practicar, y que además se autonombre con el torpe sintagma de Trabajo Comunitario, tan fácilmente asociable a Trabajos Forzados.
Hurgando en la historia y en la ficción literaria, tal vez terminen encontrando ustedes casos parecidos a nuestro CSTCOD, pero del tipo comité de señoras puritanas que en las películas visitan casas, del tipo sacerdote gordo organizador de coros y danzas o del tipo juventudes comunistas, fascistas y nazis con sus rituales, uniformes, sanas prácticas deportivas, excursiones campestres y acciones solidarias de ayuda a los pobres y a los ancianos. En todo caso, agua pasada.
¿Pasada? Pues han de saber que un gobierno regional de izquierdas de un rincón de Europa está en estos momentos pensando seriamente en crear, en el seno de su Consejería de Educación, que regula desde la educación infantil a la universitaria, ese ficticio o presuntamente pretérito Consejo Socioeducativo del Trabajo Comunitario del Ocio y Diversión (CSTCOD). Este rincón se llama Baleares.
¿No se lo creen? Lo siento por ustedes, porque la verdad es que el parlamento de Baleares ha aceptado hace unos meses un documento llamado ILLES PER UN PACTE, elaborado por una serie de asociaciones civiles muy preocupadas por mejorar el mundo, que es lo mismo que decir que por empeorar el mundo, como base para la elaboración de una ley educativa balear. Terminada ya la fase de comparecencias de expertos, en breve, eso dicen, se procederá a la tramitación legislativa. Este documento (disponible en illesperunpacte.wordpress.com), inspirado en el movimiento de las “comunidades de aprendizaje”, afirma sin rubor que el objetivo de la educación es transformar la escuela y el entorno social de la escuela y que para tal fin es conveniente intervenir en la vida de los menores, como estudiantes dentro de la escuela y como niños y jóvenes fuera de ella.
¿Y hay algo más preciado para un niño o joven que el ocio y la diversión?
Lean las siguientes citas de ILLES PER UN PACTE y pásmense, porque parecen extraídas del universo de pesadilla que caracteriza a las novelas distópicas de Orwell, Bradbury, Huxley, Atwood y tantos otros que imaginan mundos donde el individuo deja de existir para confundirse en la comunidad.
1.- Se ha de “reformular, a través del Consejo Socioeducativo, la dimensión del ocio y la diversión como un espacio de trabajo comunitario. Es necesario entender este espacio, su función, sus límites y sus contenidos. Hay que crear nuevos contenidos y una nueva gestión”.
2.- “Se tendrá en cuenta que toda comunidad educa, por ello, los espacios comunitarios de ocio se contemplarán como parte de una educación individualizada e integradora”
3.- Se potenciará el sentimiento de pertenencia a la comunidad educativa, a través de proyectos inclusivos que entiendan los espacios comunitarios de ocio como agentes activos en la práctica educativa”.
4.- “(...) otras entidades que también educan: la familia, los medios de comunicación, los espacios de ocio y diversión, organizaciones y asociaciones de la comunidad”.
Hay más citas. Coincidirán conmigo en que dan miedo. Parecen sacadas por mentes iluminadas herederas de los grandes totalitarismos del siglo XX. Pues entrenen sus oídos, porque en esto el Gobierno Balear es solo un adelantado; en breve este CSTCOD, producto de las “comunidades de aprendizaje”, se reproducirá en muchas de las legislaciones educativas.
¿Hay algo más preciado para un niño o joven que el ocio y la diversión? No. Pues a la conquista de ese espacio. Tal es la consigna.