viernes, 21 de septiembre de 2018

Nostálgicos del pasado

Miembro de PLIS. Educación, por favor
El Mundo, 21 de Septiembre de 2018

CON LA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN se cerró una etapa histórica en Europa que, actualmente, vuelve a resurgir como consecuencia de la discrepancia suscitada en la arena política entre los dos modelos de organización de recursos económicos: el planificado y el liberal o de mercado. Hace unos días se hizo público un vídeo con las declaraciones de una diputada de Podemos de Castilla y León contraria a un libro de texto escolar, mostrando con ello su rechazo a la impartición de la asignatura de Economía Financiera en los centros de enseñanza.


La disciplina económica ha ido evolucionando durante 200 años, las aportaciones de pensadores clásicos como Adam Smith supusieron un paso adelante en la doctrina académica de la disciplina, un compromiso académico con una ciencia que contribuye, entre otras cosas, a entender el efecto adverso del comunismo que ha conducido a muchos episodios de expoliación de recursos materiales y sufrimiento de la población, tal y como resultó de las numerosas crisis alimentarias, muy especialmente de la ucraniana del Holodomor que acabó miserablemente con la vida de siete millones de personas, un número de víctimas mortales muy superior al ocasionado por la totalidad de las crisis sistémicas capitalistas.
Desgraciadamente no hace falta recurrir a tiempos tan remotos para encontrar ejemplos de la barbarie anticapitalista, tal y como sucede en Venezuela, donde el monstruo de la inflación, al que hace referencia el libro de texto objeto de crítica, ha sembrado la total desconfianza respecto al funcionamiento general de la Economía venezolana, situación que según se refleja en el vídeo no parece guardar relación alguna con las nociones sobre cultura financiera que la diputada echa por tierra.
Sería interesante aprovechar esta ocasión para hacer frente a las interpretaciones pueriles sobre conceptos básicos de Economía con las que se pretende ignorar los 200 años de evolución de la doctrina económica. Sin lugar a dudas, la ausencia de ahorro e inversión suelen venir acompañadas por déficits elevados, despilfarro del gasto público, y la consiguiente necesidad de cubrir la deuda mediante el recurso al aumento de la masa monetaria, aumento al que se refiere la metáfora del monstruo de la inflación que necesita alimentarse del continuado incremento de dinero dando lugar al círculo vicioso de reducción de la inversión y del crecimiento económico real.
Es evidente que el ahorro es un elemento imprescindible de la capacidad de compra futura, el aumento de la masa monetaria va en claro detrimento de la posibilidad de incrementar los activos materiales de las empresas y de las familias y del consiguiente bienestar social, generando altas tasas de inflación con las que mermar el poder adquisitivo, las perspectivas de beneficio e inversión, el crecimiento económico y la prosperidad de las generaciones futuras.
En definitiva, el ahorro y la inversión son la cara y cruz del crecimiento económico así como la base de la motivación e incentivos de los agentes económicos para alcanzar mayores tasas de crecimiento que redunden en prosperidad y bienestar social. Se suele acusar a los defensores de la economía liberal de promover la ambición, la despiadada competitividad, de alimentar intereses propios de malas personas que por ser egoístas e individualistas buscan la forma de organizarse para aprovecharse de bienes que son escasos.
Esa profunda inmoralidad personal no está relacionada con la Teoría de los sentimientos morales de Adam Smith. De hecho, con la metáfora de la mano invisible se representaba el progreso social de todo aquel que quisiera mejorar sin que ello fuera nunca en detrimento de personas más conservadoras en cuestión de ambiciones o voluntad de emprendimiento. La auténtica frivolidad económica se produce cuando en contra de la libertad de iniciativa privada y la organización económica basada en el libre mercado, los nostálgicos de épocas pasadas fuerzan a su antojo la interpretación básica de las nociones de Economía financiera hasta el punto de atreverse a liderar una opinión ética alardeando de la carencia total de conocimientos técnicos, históricos, morales e intelectuales más complejos y mucho más fiables y contrastables.
Tergiversar la historia y desacreditar el conocimiento profundo de la Economía es una práctica habitual de partidos que desprecian el progreso y que lejos de aportar soluciones disparan ideas críticas contra la auténtica prosperidad. El maniqueísmo social propio de las ideologías anticapitalistas no busca la libertad individual sino una versión del bienestar al servicio del adoctrinamiento político donde la ausencia de libertad de acción y la deficiente forma de organización de los recursos económicos les permite de forma intencionada distinguir entre buenos y malos, entre quienes son moralmente superiores y quienes son inferiores además de egoístas, tergiversando de esta manera la interpretación real de la Economía sin importarles el hecho de poner en serio peligro el bienestar basado en la armonía social y la libertad individual
De la misma forma que sucedía con el Muro de Berlín, la frontera de Venezuela es saltada en una única y misma dirección. A no ser que la diputada de Podemos estudie Economía, difícilmente podrá darnos una explicación clara al respecto sin argumentar a favor de la ignorancia política en el área de la ciencia económica.
Verónica Álvarez Alarcón es miembro de PLIS. Educación, por favor.