viernes, 1 de abril de 2022

El currículo de la ESO legaliza el adoctrinamiento y la ingeniería social


La asociación de profesores alerta de la rebaja de conocimientos en favor de posiciones éticas, que convierte los centros escolares en iglesias laicas, utilizando las asignaturas como instrumentos para moldear las conductas de los alumnos.

 

Este carácter ético del currículo, imposible de evaluar, es lo que causa la decisión de obligar a los profesores a asegurar la promoción general, sin límite de suspensos, y la titulación general. 

 Eco en Crónica Balear

Eco en Manacor Noticias

 

Palma,  1 de abril de 2022

 

“Un currículo sin contenidos ni competencias académicas y con inflación de contenidos y competencias éticas no es currículo, sino catecismo. El sueño de los nuevos clérigos se ha cumplido con la LOMLOE”

 

La asignatura estrella del currículo de la ESO es Valores Cívicos y Éticos. Y esto es así porque, además de dar nombre a un asignatura,  los contenidos y competencias de todas las asignaturas están impregnadas de orientaciones éticas, de tal forma que se puede afirmar que todas ellas se subordinan a un objetivo superior que es convertir al alumno en un ciudadano ejemplar que persiga a la fuerza siempre el bien común, un bien común prefabricado y sin capacidad de crítica. Los adjetivos "ética/ético", que se repiten en 76 ocasiones, sin contar las 48 veces que aparecen en la asignatura de Valores Éticos, se aplican prácticamente a todo: conductas éticas, ciencia ética, arte ético, ética del lenguaje, literatura ética, ética histórica, socioética, etc.”.  Si además conjugamos estas repeticiones con las 92 repeticiones de “colectivo”, las 73 de “ciudadanía”, las 39 de actitudes “comprometidas” con el bien común, el círculo adoctrinador se completa hasta la obsesión.

 

Lejos de favorecer el espíritu crítico, se imponen como axiomas éticos, de obligada aceptación por el alumno, cuestiones muy discutibles: comercio justo, consumo responsable, sostenibilidad, soberanía económica o alimentaria, alimentación saludable, identidades colectivas, Memoria Histórica, salud social, ecología social,  etc. Una vez impuestas, en ejercicio puramente político, se infiltran en todas las asignaturas, contaminando el contenido académico de las mismas.

 

PLIS. Educación, por favor es una asociación de profesores que defiende ante todo la enseñanza y los valores asociados a la enseñanza, rechazando la instrumentalización de esta en favor de la educación ética. Los profesores tratan con alumnos, no con ciudadanos, por lo que su obligación es instruirlos, formarlos científica y humanísticamente, no para ahormarlos en el “bien”, que siempre es el bien fabricado desde el poder, sino para que ellos sean los que con una buena base de conocimientos y competencias académicas puedan mejorar, o no, el mundo.

 

El decreto del currículo desprecia lo académico, como conjunto de contenidos y competencias académicas, y solo valora las competencias si se aplican a una visión redentora de la humanidad. 

 

Por todo ello, en Historia se suprime el estudio de los hechos históricos y, por tanto, de las causas de los mismos, se estudian las “identidades colectivas”, las mismas que los nacionalistas y victimistas de todo tipo defienden, se imparte la resistencia al opresor y se pone a un tercio de los saberes básicos de la asignatura el título de Compromiso Cívico.

 

Tampoco extraña que en Literatura no se haga mención a  los grandes  movimientos literarios, no se citen los grandes escritores, no se aprecie la técnica y valores literarios, optando, por el contrario, por su conversión en instrumento para la resolución pacífica de conflictos, resolución pacífica de conflictos que la gran literatura suele despreciar.

 

De forma parecida, el estudio de la  Lengua servirá para hacer un uso “ético y democático” del lenguaje, al “servicio de la convivencia democrática, la resolución dialogada de los conflictos y la igualdad”, desterrando “los usos discriminatorios de la lengua, los abusos de poder a través de la palabra y los usos manipuladores del lenguaje”.

 

Añádase que la competencia en ciencia, tecnología e ingeniería ha de “promover la salud física, mental y social y preservar el ambiente y los seres vivos; y aplica principios de ética y seguridad en la realización de proyectos para transformar su entorno próximo de forma sostenible, valorando su impacto global y practicando el consumo responsable”.

 

Un ejemplo más: la asignatura de Educación Física debe favorecer, en un alarde de vacuo retoricismo,  “adoptar un estilo de vida sostenible y ecosocialmente responsable, aplicando medidas de seguridad individuales y colectivas en la práctica físico-deportiva según el entorno y desarrollando colaborativa y cooperativamente acciones de servicio a la comunidad vinculadas a la actividad física y al deporte, parea contribuir activamente a la conservación del medio natural y urbano”

 

Finalmente, PLIS sostiene que este carácter ético del currículo es la causa de la decisión de obligar a los profesores a promocionar a los alumnos sin límite de suspensos y a garantizar la titulación general: “los valores éticos se imponen, no se evalúan”.